¡Cuando vengáis preguntad por Tina! -exclaman muchos años de juventud sostenidos por una sonrisa repleta de experiencia que se despide y se va a cenar.
Han pasado ya tres o cuatro semanas desde aquello, pero por si asomaba la más mínima duda, nada más entramos por la puerta, la forofa del Real Madrid nos recuerda que tiene muchas cosas que contarnos, y que qué bien que estemos aquí. Se levanta, coge su silla, y así, en petit comité y a la sombra de un día muy caluroso Agustina, de segundo apellido San Román, da rienda suelta a las anécdotas y lecciones de vida con el pañuelo en una mano y el corazón en la otra.
La conversación se balancea entre lo mejor y lo peor que ha vivido, hay mucha gente buena y mucha gente mala aclara cada vez que se detiene en un extremo, y las lágrimas que no hace amago alguno de maquillar se funden con las carcajadas que suelta. Una pequeña pausa. Se levanta, su hermana le está llamando al teléfono. La cara se le ilumina y vivaracha y risueña le da al palique mientras explica que está pasando la tarde con dos amigas. Nos miramos complacidas, con una mezcla de emoción y entusiasmo, y nada más cuelga, la sonrisa de oreja a oreja a una mujer pegada retoma la conversación. Viajamos desde el 45 hasta la actualidad, y mientras se burla de la necesidad tan vacía del dinero que para qué lo quiero recuerda emocionada a su familia, a la que viene a verla, a la que le llama, y a la que ya no está. Yo tengo mucha suerte repite como muletilla cada vez que recuerda, ve y siente lo querida que ha sido y es, y es esa una síntesis tan completa que a la hora de la despedida no podemos hacer otra cosa que asentir; qué suerte tiene Tina, pero qué suerte la de todo aquel que se ha topado con ella, qué suerte la nuestra, qué mujer tan llenísima de vida.
Qué bonito es darle forma a proyectos que crecen en nuestras cabezas, y hacerlos realidad. Así surge RECORD-(ando) : "compartiendo la memoria de las personas mayores".
www.milmanerasdecambiarelmundo.blogspot.com
La conversación se balancea entre lo mejor y lo peor que ha vivido, hay mucha gente buena y mucha gente mala aclara cada vez que se detiene en un extremo, y las lágrimas que no hace amago alguno de maquillar se funden con las carcajadas que suelta. Una pequeña pausa. Se levanta, su hermana le está llamando al teléfono. La cara se le ilumina y vivaracha y risueña le da al palique mientras explica que está pasando la tarde con dos amigas. Nos miramos complacidas, con una mezcla de emoción y entusiasmo, y nada más cuelga, la sonrisa de oreja a oreja a una mujer pegada retoma la conversación. Viajamos desde el 45 hasta la actualidad, y mientras se burla de la necesidad tan vacía del dinero que para qué lo quiero recuerda emocionada a su familia, a la que viene a verla, a la que le llama, y a la que ya no está. Yo tengo mucha suerte repite como muletilla cada vez que recuerda, ve y siente lo querida que ha sido y es, y es esa una síntesis tan completa que a la hora de la despedida no podemos hacer otra cosa que asentir; qué suerte tiene Tina, pero qué suerte la de todo aquel que se ha topado con ella, qué suerte la nuestra, qué mujer tan llenísima de vida.
Qué bonito es darle forma a proyectos que crecen en nuestras cabezas, y hacerlos realidad. Así surge RECORD-(ando) : "compartiendo la memoria de las personas mayores".
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