Y cómo no iba a hacerlo, si se está ahogando. En odio, en miseria, y dentro de su ignorancia.
La desesperación, el miedo, y el conformismo de los que agarran sus cien pájaros mientras dan la mano y cierran los ojos.
La desesperación, el miedo, y el conformismo de los que agarran sus cien pájaros mientras dan la mano y cierran los ojos.
No entiende cómo ni en qué momento la meta se convirtió en barrera, en muro, en valla con pinchos y en gritos y llanto.
Así que llora, llora porque sus océanos, una vez azules, apestan a sangre y putrefacción.
Que no está loco, que este mundo lo que está es muy malito.
Y con caricias en la espalda, no se cura la ciática.
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