te atreves a confesar que el mundo es una bola,
que no se te ha hecho a ti,
y que no te la tienes por qué tragar.
Y digo a lo mejor,
porque a lo peor, tampoco es tan malo
desabróchense el auxilio
que llegamos.
Que llano me duele,
será que la ira nunca va
y los malabarismos de certezas
parecen solo querer afirmar
que a todos nos crece la nariz
a la hora de la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario