La poesía no se queja de mi falta de esperanza,
y puntual viene y me abraza la tristeza
no enciende luces para apagar sombras, solo las busca y las mece
sin imperar, sin imponer
llega cuando pasa la tormenta pero está todo mojado
y no te pide que bailes, ni que te seques
tan solo se acerca, y te coge de la mano.
la poesía salvadora y homicida
apaga el fuego avivándolo
te nutre de sigilosas ironías
y de nuevo, es guarida de desastres.
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