Una se va acostumbrando a ahogar la credibilidad,
a asegurarse de no sentenciar lo que no querría estar pensando,
así, como viene
la invito a no pasar,
quizá viendo la puerta cerrada diga que se va.
Pero taparse los ojos no hace desaparecer tu oscuridad
y yo requiero imprecisión,
saltar del barranco, decirle tal vez luego al no.
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