domingo, 20 de marzo de 2016

buenos días, primavera


No conocer el futuro
pero ir entendiendo el significado de tus propios pies
es también reconocer en qué pupilas buscas verte reflejado.

En qué crees y qué creas.

Por eso vuelvo a las huellas,
que no son más que el sello de la consecuencia de mi fuerza,
llámalo rabia,
llámalo risas,
llámalo ausencias.

Un tira y afloja
de cada uno de nuestros hilos,
a veces inexorables, otras medio roídos:
dependientes del tambaleo,
del baile de ida y vuelta entre extremos.



Estaba regresando a casa y tropecé con mis propias migas de pan

será que correr siempre me ha gustado más que andar.

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